
Capítulo 2
Bernie abrió una sonrisa y acercándose a Gaby le dio un suave beso en la mejilla y haciendo temblar, Gaby le susurró al oído... "Buenas noches. Y que duermas bien".
El deseo de Gaby en aquel momento era de abrazar a Bernie y nunca más soltarlo, pero aquel sentimiento por él era tan nuevo que la asustó y ni una sonrisa le dio a Bernie, simplemente se dio la vuelta y se fue a casa.
Bernie subió al coche con una sonrisa de satisfacción. El solamente se puso a pensar en los momentos maravillosos que tuvo al lado de Gaby. Bernie se dio cuenta de que Gaby había dejado su teléfono celular allí y pediría de inmediato para el conductor regresar, pero lo pensó mejor llegar a casa, tomar una ducha y apareció de sorpresa y fragante en la casa de Gaby.
En casa, Gaby ha dedicado su tiempo a Gabo. Sólo después de dedicar su atención a él, ella fue a ducharse y a ver si pasaba la extraña sensación. ¿Cómo es posible que esto estaba sucediendo. ¿Y ahora? ¿Cómo quedaría la novela?
Gaby –“Ay, necesito de una ducha para calmarme a ver si alejo estos pensamientos
Mientras Gaby estaba en la ducha, sonó el timbre de la puerta. Era Bernie que esperó ansiosamente para otro encuentro con su amada. Quien llegó a la puerta fue la sirvienta que le pidió que esperara en la sala mientras iba por Gaby.
Bernie estaba allí, sentado en el sofá, esperando y preguntándoselo que iba a decirle a Gaby. Pero ese pensamiento fue interrumpido cuando Gabo llegó saltando en el sofá y jugando con Bernie. Los dos estaban muy animados y Bernie no se dio cuenta de que Gaby estaba bajando las escaleras. Se quedó allí, inmóvil, admirando al hombre que le había robado sus pensamientos.
Gabo “mira, mamá. Bernie vino a la casa solo para jugar conmigo. No es increíble?” y salió corriendo eufórico a pegar sus juguetes. Bernie completamente avergonzado…
“Perdoname por la hora, Gaby. Sé que estas cansada, pero es que necesitaba venir a verte… quiero decir, entregarte su celular. Lo olvidaste en el coche”
Gaby riendo Del nervosismo de Bernie dijo “Gracias. ¿Quieres decir que no has venido a jugar con mi hijo? Él quedará triste".
"Él puede quedar triste, pero estoy muy contento de estar aquí contigo.”
Gaby no se resistió y abrió una tímida sonrisa, sus manos sudaban y ella no sabía por qué estaba tan nerviosa, después de todo, ella encuentra Bernie todos los días, porque ahora tanto nerviosismo?
Bernie con el mayor dolor del mundo se sintió obligado a decir “Me tengo que ir, Gaby
"Pero ahora? Quédate un poco más. Mi hijo le gustas mucho".
"Y yo a él. Y aún más a su madre, pero no puedo abusar. No quiero asustarte".
Gaby estaba nerviosa, pero no podía negar que esas palabras la hicieron muy feliz. Ya estaba claro que Bernie también se sentía atraído por ella, pero el hecho de mezclar la vida real con el trabajo aún la dejaba preocupada.
Con un ligero beso en la mejilla, Bernie se despidió de Gaby.
"No, Bernie. Espere. Tengo que decirte algo. ¿Podemos hablar ahora?”